jueves, 19 de febrero de 2009

tontería del momento| hooooy: la música.

El arte de pensar es, normalmente, malinterpretado.

Será por eso que la interpretación del arte está cada vez más fuera de sí.

Hablemos de música:

- “OH, esta melodía es tan reconfortante… y a la vez está tan llena de significado...”

- “ya lo creo, amigo, creo que si no fuese por ese ritmo tan poco ajustado en cada instrumento y por esa manera de tocar tan estridente del interprete… yo diría que estaríamos delante de una gran obra”

- “OH, desde luego, no hay lugar a dudas… una gran obra!, si señor”.

Ninguno de estos dos personajes tiene ni idea de música, como yo, y ninguno de estos dos personajes tiene ningún motivo para no dar su más pedante opinión (…).

Hoy en día da igual, que no sepas de música, basta con escuchar mucha música, y cada vez que escuches algo nuevo decir “ esta canción es fantástica, nunca había oído nada igual!”, y quizá esa canción este compuesta por golpes que da un mono con un bate de béisbol en una puerta, el ruido del viento grabado con un móvil una veraniega tarde de agosto y el sonido de una cucharilla de café tintineando con las tazas de te tras una agradable merienda en casa de los Wilson.

Quizá esos tres instrumentos suenen sin ningún ritmo aparente y si lo tuvieran desde luego no encajaría el de uno con el de otro, pero una cosa esta clara:”nunca habrás oído nada parecido”

Ese es el problema; yo, que no se nada de música, pero he escuchado mucha música, un día de estos que corren (¿por que los días corren?), escucho esta canción y llego a la conclusión de que es la primera vez que oigo algo así.

Y resulta que a lo mejor yo tengo el suficiente poder como para dar a conocer esa canción a la gente, y a la gente le va a gustar, porque lo digo yo.

Esto es un problema.

No para el autor de esa canción (él al fin y al cabo sólo tiene la culpa de haber hecho una canción “original”), el problema es para otro. Para la música. Que se degenera cada vez más con este tipo de cosas.

Ya no se valora la calidad de la música, se valora la originalidad que tenga el autor al hacer música.

Podría venir hoy Mozart llamándose Gerardo Pérez y nadie le haría ni caso.

Dirían:”hace lo mismo que Mozart”.

O incluso podría ser compuesta hoy “Smoke on the whater” por ejemplo, y ser expulsada del reino por falta de originalidad.

Quizá este siendo un poco desmesurado analizando la realidad o incluso puede que me tachéis de machista(al fin y al cabo es lo mas recurrente cuando no se sabe que decir), pero mi único propósito es dar mi opinión sobre un tema que como ya os he dicho hace unas líneas, sé poco.

Otro gran problema: nadie dice “de esto sé poco”, se escucha más algo del estilo de: “pues yo he leído que la foca monje en invierno puede llegar a ser peligrosa”, y a lo mejor ese tipo ni siquiera sabe que, en realidad, sus dos amigos, estaban hablando de su infancia; en cualquier caso la conclusión mas impresionante que saco de todo esto es que, con tal de aportar opiniones o ideas que realmente nadie requiere, la gente es capaz incluso de leer revistas de animales.

En fin, y concluyendo, desde mi más humilde opinión, estoy en mi más profundo derecho de escuchar música que suene a lo de siempre, siempre y cuando a mi me guste, y estoy en mi más profundo derecho de no escuchar la mejor música del momento por muy original que sea, incluso aunque además de original sea buena (que gracias a Dios también la hay).

Al fin y al cabo nadie dijo que la música sea para descubrirla, en mi mundo la musica es para escucharla y sobre todo para disfrutar de ella.

¿Acaso hay mejor manera de descubrirla?

Fdo: mi pto de vista

P.D.: Esto no va dirigido a nadie, y cualquier parecido con la realidad es pura realidad.

Y no ha surgido ningún acontecimiento cercano que me haya hecho decir esta agrupación de …(lo q sea q he escrito, que ya se me ha olvidado), de hecho la inspiración de “esto” surgió leyendo una revista (no era de animales, era de música).

jueves, 12 de febrero de 2009

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Tumbado en el mismo lugar

En el que reencarnado en mí, renací.

Añorando el momento, ya recuerdo,

De ver cada segundo aparecer, sin dificultad,

Cuando hay que descubrir un nuevo horizonte;

De caminos, de sonrisas, de parajes emparejados,

Demostrando a cada paso que cada vida

Viviéndola en cada paso es más fructífera;

Da un fruto hasta ahora desconocido,

Que se asemeja a lo que siempre añoré sin poseer,

Que difiere con el pasado en demasiado

Que vuelve a la verdad en un despertar

Y que se oscurece con la mentira de lo irreal.

Tumbado en el lugar,

En el que reencarnado en mi, renací.

Redigo que no es casualidad vivir sin ti.

Te digo que me consuela vivir sin mi.

Me digo que cada “sin” pasado

Será “con” presente, en un futuro no muy pasado.

Que cada “con” sin el “sin” no tiene sentido,

Y que cada “sin” sin el “con” no se puede comprender

Reencarnado en mí, renazco;

Renacido aquí, vuelvo a vivir.

Fdo: mi pto. de vista