jueves, 18 de marzo de 2010

La multifunción de algunas palabras

Me puse las gafas de entender y el sombrero de imaginar.
Después me quite los zapatos de saltar, y me puse a buscar las botas de subir y bajar.

Con todo puesto en su sitio me dirigí al camino de llegar.
llegue al puente de seguir, y baje por la cuesta de terminar.

Me senté en el momento de descansar, y al ponerme otra vez en pie me di cuenta de todo.

Caí en la cuenta. Vi el problema.

Y vi, por fin, una posible solución.

Las gafas no son solo para entender, ni el sombrero solo para imaginar, ni los zapatos son para saltar ni para subir, bajar.

Ese era el problema. Las cosas sirven para lo que las usemos, no sólo para lo que han sido creadas.

Por eso nunca parecía tener sentido, aquello que escribía.
Por eso nunca aparecía ese sentido que yo quería,
transmitir.

Por eso lo que escribía a veces, se esparcía sin sentido por el aire
por eso lo escrito hoy, con creces, es lo que quise, no en balde
transmitir.

¿Acaso los caminos son para llegar, los puentes son para seguir, y las cuestas para terminar?
Pues claro que no.