sábado, 27 de agosto de 2011

Tender y verse humano


Por no salir se quedó encerrado.

Sin agua ni calor.

Con su soledad dando vueltas,

Cabeceando a la pared.

Inmundo, y con su día dormitando.


“Nunca es tarde para llegar pronto”

Una voz enrarecida le escuchaba en la cercanía del olor

A jazmín, a yesca y a esperanza,

A picor escabechado con penurias de dolor,

A dolor franqueado con mentiras en la balanza.


“En este mismo instante ya no existe el ahora”

Sólo vamos más allá de cada segundo,

En coloquios de relojes que se ahogan

Y se quiebran cuando miran hacia el mundo,

Y ven tan sólo mundo, y almas sin aliento.


“la verdad dicha por el hombre es una duda”

Cada palabra es vacío rellenado,

Es lo cierto entre escépticos que miran a su paso,

Y van dejando parsimonia en lo viajado,

Y van pasando vidas a su lado

Con la única intención de no ser nada

Y continuar sin rumbo abierto

Y tender la ropa un día y verse a uno dentro

De la cotidianidad de lo ya atrapado

Y de la mezquindad de aquello

que todavía ignoramos.

viernes, 24 de junio de 2011

a oídos sordos, gritos más altos


A los que gritan no se les escucha,

A los que hablan no se les oye,

A los que se les oye no dicen nada interesante,

Y a los que se les debería escuchar, no gritan lo suficiente.

Los que escuchan no se hacen oir,

Y los que oyen los gritos no quieren escuchar.

Los que gritan, después no saben hablar,

Y los que hablan no se hacen escuchar.


Las bocas hablan, no se les oye, gritan.

Los oídos escuchan, no entienden nada y pasan a oir.

Las voces calladas, serán más interesantes,

Los gritos ahogados, serán palabras vacías.

Los oídos sordos, inútiles.

Y los hombres inquietos,

Con la boca para alimentarse, y nada más.

domingo, 29 de mayo de 2011

Seguimos vivos... ...o vivimos



En el atardecer de las vidas,
En el umbral de los entornos alejados,
En el piso contiguo a la tristeza
O en el lejano occidente, donde todo es número o letra.

En la mano ajena, que sostiene tu palabra
O en la boca propia que deja resbalar una mueca de avaricia
O quizá en el velo oscuro que une todas las cabelleras
en nada comentable.

En el peregrinaje,
O en el sedentarismo del sediento.
En el perfeccionismo
O en el defecto de lo inútil.
En el ropaje púrpura
O en el oasis de agua impura en medio del arrozal.

En casa propia o en hogar ajeno,
En el sendero hacia la gloria
O en el ajetreo de la propiedad del cieno.

En el barrizal menos profundo,
En el cemento menos compacto,
En el profano cementerio
O en el compañero mas bárbaro.

En la lejanía de lo cercano,
Por usual.
En la cercanía de lo lejano,
Por interesante.
En lo inusual de lo interesante,
Por cercano.

Fe, error, solución o sacrificio.
Ermita caída o cabeza levantada.
Párrafo escrito o amor desenterrado.
Verbo hecho carne, o amor ‘descielado’.
Texto hecho poema, o poema hecho texto.
Vida hecha obra, o amor, poema, cabeza y vida.

Tenemos vida, o vivimos.
Queremos vida o vivimos.
Sentimos vida o vivimos.
Tenemos,
Somos,
Perdemos,
Esperamos,

Sentimos,

Amamos,

Intentamos

o vivimos.

Seguimos vivos…
…o vivimos.

lunes, 23 de mayo de 2011

El estrabismo de España



Por lo general los ojos de un español con una edad impropia de la juventud, siempre miran hacia un lado, están obcecados, se dejan llevar por la cuesta ladeada de la tradición familiar y por las ideas políticas que tienen en su rango de visión.
La cercana historia de España ha sido la causa de grandes y pequeñas desgracias para sí misma, y para su gente. En el mundo hay grandes ideas, pequeñas ideas e ideas absolutamente prescindibles. Pero en España las ideas son como los bebés: si es niño se le viste de azul, si es niña de rosa. En España las ideas se visten del color que “les corresponda”, y se clasifican: las de un color de la raya hacia un lado, y las del otro en el lado contrario. Si fuesen niños o niñas a los que hay que distinguir por el color, esto no sería un problema, pero las ideas no tienen sexo, no sólo no hace falta distinguirlas con un color: asexuadas e incoloras en un principio, si se colorean, se vuelven poco atractivas para quienes tienen los ojos ladeados y la cabeza fija.
Los ojos de un español con una edad propia de la juventud, no saben dónde mirar. Las cuestas ladeadas de la tradición familiar ya no son tan pronunciadas. Tan sólo distinguen dos cúmulos de lo que en lontananza, y cada uno en un extremo de una línea recta dibujada en el suelo, parecen ser ideas revoloteando e intentando escapar de las garras de unos tipos, que con látigos y porras, procuran que no salgan de un perímetro prefijado.
Entonces el joven no sabe dónde mirar, y un ojo se le va hacia las ideas vestidas de niño, y el otro hacia las ideas vestidas de niña. Y deja de ver con claridad, y le embriaga un sentimiento de duda y desesperación.
Llegados a este punto la personalidad individual de cada uno hace su efecto. Unos se quedan quietos y dejan de usar sus ojos estrábicos:, dejan de ver. Otros miran a sus padres o a su entorno y ven que lo tenían más fácil con los dos ojos desviados hacia el mismo punto, y se dejan llevar por la pendiente, ahora más angosta y pronunciada.
Finalmente y por fortuna, hay más gente. Existe quien se acerca a cada cúmulo ideológico y planea una huida para cada idea, y las libera. Y hace de cada idea una parte de su pensamiento. Y las quita las ropitas coloreadas y las deja de un color carne natural, y las deja crecer según sus propios medios y procesos evolutivos. Y se convierte en alguien con ideas propias, y deja de ser estrábico y convierte a sus ojos en algo nuevo y móvil. Y deja de ver las cosas en una dimensión. Se da cuenta de que hay espacio más allá de la línea recta. Y ve a los bizcos y a los de mirada horizontal y fija, y ve gente con cabezas de alquiler, mal cuidadas y con una necesidad imperiosa de que alguien les haga una limpieza general.
Pero no es suficiente tener ideas propias y ver el mundo en varias dimensiones. Tener una gran idea sin llevar a cabo una acción que la ponga en práctica o la defienda, es como si alguien compusiese la mejor canción de mundo, pero no quisiera interpretarla. Es algo inútil. No es ni inútil, sencillamente es como si no existiera. Son ideas que no existen, porque no se transmiten: las ideas que no se comunican no son ideas, son sólo pensamientos.
Por suerte en España el número de gente pluridimensional y mirada personalizada, está creciendo poco a poco, y cada vez más.
Sólo falta que convirtamos nuestros pensamientos en ideas, y nuestras ideas en algo útil para nuestro país, nuestra sociedad, y nuestra política, hasta ahora rectilínea y causante de una sociedad de gente de mirada pérdida y carente de pluralidad, en cuanto a puntos de vista.