viernes, 26 de abril de 2013

El batir de mis alas, un día.





Estoy a oscuras en una habitación que mira al mundo.

La luz se aprieta entre los agujeros minúsculos de la persiana,

Tratando de huir hacia adentro.



Llega un sonido lejano y vacilante,

Que se vuelve al rebotar contra mis tímpanos,

Aburrido de no molestar.

Llegan otros ruidos de vecinos,

Inacabados e inconexos y anodinos,

Sin trastocar nada más acá.



La letanía del reloj hace presa a mis palabras,

Y el batir de mis alas un día, hace de mi boca una vereda,

Y de mi voz un escenario sin telón ni apuntador,

Y de mi cabeza hace salir una región de pensamientos aburridos

E inacabados e inconexos  que tratan de huir hacia fuera,

Que se van al rebotar contra algún témpano,

Aburridos de no molestar,

Absortos en la letanía de mis palabras,

Entrañados en la lejanía de mi habitación, que mira al mundo.

viernes, 12 de abril de 2013



No se puede decir nada que llene de nuevo este vacío,
Que supla este frío por tu abrigo,

O esta tristeza por tu cariño.

No se puede decir nada sin sentir que ésto estorba,
Sin pensar que nada vale,
Y que nada de lo sucedido es llanamente real.
Ahora la tierra bajo el mundo es más oscura
Y libera un rayo de luz, que antes no existía.
El mundo en el que estamos ya no es igual,
Y el mundo en el que estás se torna a una luz de día.
No se puede pensar nada que razone que ya no eres palpable
Que suplique, una vez más, Dios por tu alma y te recoja/b>
Que te acoja entre sus brazos como tú le adoraste
Y te encoja el corazón entre sus manos de bondad.
Que te enseñe lo que amamos de ti y lo que hacemos,
Que te muestre nuestras risas cuando ese amor se agarre al alma,
Que te haga ver con sus ojos nuestros mundos, donde habitas,
Nuestras almas, donde completas,
Nuestras vidas, donde enseñas,
Nuestros intentos, donde ayudas,
Nuestras ganas de seguir, donde incitas
Nuestro intenso sentir de ser, donde existes.