viernes, 21 de febrero de 2014

La mano temblorosa de Dios


Ocurre a veces que Dios escribe imperfecto en este mundo,
Ocurre que te toca y te desvías hacia abajo y sin correas,
Que te paras a observar demasiado tarde,
Cuando el lodo está encerrándote en él hoy,  y ya te rodea.
Ocurre a veces que la vida es puñetera y te putea
Ocurre que te toca y te hunde más, entre maldades ajenas,
Que te dispones  a salir y no se te presta el don de la fuerza
Ni la gracia infinita de Dios que te salve de tu pena.
Ocurre a veces y no hay explicaciones,
Solo palabras que circundan una idea inalcanzable,
Situada entre arenas movedizas que te hunden aún más,
Cuanto más oses buscarla.
Ocurre a veces que no existen argumentos, ni quien sepa,
Ni quien pueda volver al origen, el único momento salvable,
Ocurre  a veces que las cosas ocurren sin poder lanzar evasivas,
Ni ofensivas que las esquiven, ni manos que las gobiernen,
Ni ojos que las eviten.
Ocurren sin más, y no hay más vueltas,
Cuando el hoyo es profundo, ya no hay retorno,
Solo lamentos, penas y temores,
Y la dolorosa verdad de que hay cosas que ocurren,
Y no hay culpables ni azares, solo la mano temblorosa de Dios que a veces se desvía,
Y deja que ocurran estas cosas.