
Persuasión en la mirada de un gallo afónico
Que te convence por corriente y por necesidad
De dejar a un lado el reposo agónico
Que te separa tanto de la vida como de la realidad
El gallo afónico te suplica con la mirada
Te mira suplicando que te levantes y andes
Como Jesucristo con Lázaro (levántate y anda)
Como hacía antes la vida con su decir pedante.
¿Y si el gallo no te mira suplicante?
Quizás tenga simplemente mirada de gallo
Insignificante a todo pero aparentemente atenta
Aplastantemente insustancial, elegante en el desmayo.
Quizás todos los gallos del mundo miren de ese modo
Pero este es el único gallo con el que me he cruzado
Es al único al que le otorgo un poco de todo
De todo eso que me sirve para dejarme hipnotizado
La “auto-Hipnos” es algo peligroso a la vista de un ser humano dotado de vida
Pero no para un gallo
Si cada vez que me miro en el espejo me digo “levantate y anda”
Pero no soy capaz de levantar ni mi voz ronca
Quizá tenga problemas para auto-hipnotizarme
Quiza tenga problemas para levantarme y andar
Quiza tenga problemas incluso para tomarme en serio
Y otorgarme la lujosa capacidad de decidir como un ser humano.