miércoles, 28 de enero de 2009

lejanía del insulto (...) cegador, humillante...

Mi alma se/me muda.


Un atisbo de locura

Ente mis dudas.


Entre mí

y mis ataduras…


Entre mis nudos nudistas por pobreza,

Y por humildad sobrante de el que deja

Cada huella secante;

En la lejanía del insulto aprovechado,

Por ceguera culminante de recuerdos,

Por recuerdos atravesados por la sensatez.


Cegador de totalidad,

Humillante de locura.


Suavizante de verdad que “muere”

(nace, se reproduce y finalmente

Se opone a todo lo que representa),

Por la escala rota del destino.


Sin prisa por perder lo no perdido.

Sin razón por no buscar lo no encontrado.

Sin estimulo por el que hallar otro camino.

Sin ningun motivo…motivante.


Todo vuelve a su lugar de origen;

Se origina lo que había en un pricipio;

Por redundante que parezca,

Por redundancia que padezca,

Cada cosa a su momento,

Y cada momento para una cosa.

jueves, 15 de enero de 2009

mágica gráfica trágica

Fuera de toda seguridad,
y hablando desde mi más preciada incertidumbre,
podría congelar cada segundo de la pasada cumbre,
y demostrar que la siguiente no vale para nada.


Bajando se lee el camino de vuelta,
se contrae cada recuerdo, esperando.
Se lee en estado de espera, un poco más...
Pero subiendo no, no se puede.
Se está más preocupado en subir, respirando;
poniendo un paso detrás de otro, con esfuerzo...

No se dónde leí, escuché o simplemente recibí,
que lo importante no es llegar,
sino disfrutar del camino.
Realmente, no falta mucha razón en eso.
Tan sólo me gustaría diferir en una cosa;
Disfrutar de la llegada no está mal del todo.

sábado, 10 de enero de 2009

Siempre al trasluz....

Una hoja apoyada en una ventana,
al traluz.
Contrasta la oscuridad de dentro con la luz de fuera,
y se revuelve emtre las dos, como si no se decidiese...

Las letras que voy escribiendo se entre mezclan
con letras de otros tiempos,
que esperan ser leidas desde el otro lado de la hoja.

El frio de la calle se acumula en esta ventana.
Se me está durmiendo la mano, se me hiela.
Es curiosa esta situacion,
es como escribir, puramente, una sensación,
tan absurda como suena y tan placentera como es.

Se me cansa el brazo izquierdo de sujetar la hoja,
y, de hecho, la luz ahí fuera se esta yendo,
pero me voy orgulloso de haber escrito estas palabras,
sobre el cristal de la ventana de mi salón.
Como si fuese algo extraño.
Como si nunca hubiese experimentado esta sensación,
sabiendo, que sí lo he hecho;
Aunque nunca de este modo, supongo.

domingo, 4 de enero de 2009

La luna debajo del brazo - Quique González

El sol se esconde entre nubes ennegrecidas de rencor

La luz que antes se disipaba por todo nuestro entorno ahora fallece

Se muestra cada vez menos latente.

La oscuridad invade cada rincón de cada llano,

Se cuela en cada rendija de claridad, y se coloca estratégicamente.

Como acechando.


La ceguera se manifiesta por naturaleza,

La rabia se concreta en cada pétalo de furia

Y la vida se contrae a la vez que se distrae

Como absorbida por la magia del momento.

Y no creo que sea algo fortuito.

Nunca creí en el destino ni en la manera que se tiene de verlo.

Pero a veces resulta todo tan… inevitable.

Es como pestañear, abrir la boca, o mover los músculos de la cara.

Es inevitable.

Es como andar cuando sabes q tienes que ir a algún sitio.

O como rascarte cuando te pica la nariz.

O como pasar la página de un libro mientras estas leyendo.


¿¿Ese es el destino??

No está escrito, pero sabes que tarde o temprano pasara…


El tiempo, antes poco considerado pero querido

Se va acordando de nosotros, y sonríe.

Se venga de cada minuto perdido.

Como si tuviera que ganar esta partida,

en la que sólo juega él;

Contra sí mismo;

Y curiosamente pierde, como si no tuviera otro remedio a su pesar.

Como si cada minuto perdido, por cada uno de nosotros,

Fuese una ofensa para él.

Como si cada tiempo acontecido en el pasado

Fuese algo por lo que temporizar el futuro.

Como si cada segundo de cada minuto,

no fuese también un segundo de cada hora,

ni un segundo de cada día,

ni un segundo de cada vida.


El tiempo no es vida,

Pero la vida se vive a lo largo del tiempo.

La vida, no es tiempo.

Pero el tiempo se va tirando a lo largo de la vida;

De cada vida,

Cada tiempo.


Hace frio en la esquina en la que me encuentro, y eso me hace despertar de esta vida

Supongo que el frio nos hace pararnos a pensar, e incluso puede llegar a hacernos daño.

Sin embargo, supongo, que nunca fue esa su intención,

Supongo, en fin, que el frio es falta de calor, y no falta de abrigo.

Supongo, en fin, que el daño que causa el frio, no se cura echándose mantas encima.

Supongo, en fin, que el frio que causa el daño, se curara algún día, cuando enciendan la calefacción.