jueves, 23 de diciembre de 2010

Encerrado en la Verdad



Igual que la luz se refleja,
En el mundo de las cosas
La oscuridad de debajo se aleja,
Y se vuelve loca.
Igual que el recipiente aloja agua,
El mundo vierte sobre ti la vida,
Y moja la oscuridad, e instaura
Sobre el suelo su escenario,
Y bajo el peso de la ley tu justicia,
Y alrededor de la duda el movimiento,
Y frente a frente el diálogo,
Y detrás las discusiones,
Y a la izquierda la utopía,
Y a la derecha la avaricia,
Y encerrado en la Verdad,
El verdadero sentido de la vida; tu existencia.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Empezar es terminar por el principio



Empezar por el principio es algo tan usual que carece de sentido cuando se trata de imaginar.
EL principio en estos casos debería ser algo tímido que se reserva para el final del primer día.
Cuando la verdad es parte de la mentira que nos disponemos a contar,
El mundo gira alrededor de una bola extraña,
Sin vida para algunos.
Con Entusiasmo y frenesí para aquellos que saben apreciarla.
EL mundo es una bola de tierra mojada, que gira alrededor de una hoguera inmensa que nos da la opción de vivir, o de seguir muriendo en cada fragmento temporal, ya sean segundos minutos o ratos de duración indeterminada.
EL mundo interior es en cada uno una bola, en el sentido de que no existe, es algo fantástico y fantasmagórico.
Se aprovecha de que tenemos un ego lo suficientemente desarrollado como para creernos creadores de un mundo aparte, propio e inalcanzable por cualquier otro espécimen de la tierra que no sea yo.
Se desaprovecha la opción de tildar la inmensidad del océano de nuestro mundo interior, de falacia, de peregrina del vacío existencial que da la vida, de lo más significativo del perdón.
Es por eso por lo que no es fácil perdonarnos a nosotros mismos, y por lo que el océano nos resulta tan inabarcablemente inmenso.
El ser humano es débil cuando se trata de amenazas propias, y hábil cuando se trata de amenazar al prójimo.
Quizá por eso la vida y el respeto hacia tus hermanos humanos sean párte de una misma cuerda, que une la vida, y el hecho de vivir sin remordimientos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

la belleza de una noche está en su sueño inalterable


 
No es que estuviese incómodo,
Ni a disgusto ni a distancia extensa de lo mío.
Tampoco es que la oscuridad, de un modo
O de otro me tiñera de negro el silencio frio;
No por sobre-existencia de luz, sino por la de ruido.

La calle es música moderna:
las máquinas ensordecen al oyente,
y no es arte lo que mana de la pierna
de aquel hombre que contra el pedal arremete.
Pero no creáis que toca el bombo el indecente
(no como persona sino como gente),
Más bien toca a distancia la entre pierna
No por gusto, es más bien esa necesidad, latente,
De cometer sus labores, como condena eterna
Para él, que a altitudes horarias extremas asiente
Cuando le maldicen desde la telepatía las gentes,
Y para mí, que a la misma altura temporal maldigo,
No por él que no es culpable del castigo,
Sino por mí que dije al ruido vente,
Y sin más le invité a entrar en mi mente,
Y preferí su compañía antes que la mía,
Y quedarme con el ruido antes que conmigo,
Y mis pensamientos,
Y mi placido sueño,
Y una noche memorablemente bella.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Recuerdo cuando tenia veinte años...


Recuerdo cuando tenía 20 años.

Pobre tonto.

El mundo giraba con mis pies pegados al suelo.

Y mi cabeza giraba metro ochenta más arriba,

Al son del planeta, como siguiéndolo.

Era parte del mundo de eso no cabe duda,

Aunque sin duda, por aquellas no tenía mucha idea de que parte era yo.


Recuerdo cuando tenía 20 años.

Pobre ingenuo.

No era consciente de la vida,

No al menos tanto como ahora.

No reconocía a mi peor enemigo,

Que como habitualmente en muchos,

No era otro que yo con 20 años.


Recuerdo cuando tenía 20 años.

Pobre de ambición.

Pobre de metas convincentes.

Pero rico de otras muchas cosas,

Que gracias a Dios me sirvieron para que hoy,

La ambición y las metas convincentes,

Me quieran tal y como soy.


Recuerdo, que con 20 años,

Tenía al menos dos cosas claras.

Quien era, y en que no quería convertirme.

Quizá eso sea lo que hoy, con 21 años recién cumplidos,

Me haga ser quien soy.

martes, 17 de agosto de 2010

reflexion desde encima de un ladrillo


Aclaro mi mente, y la relajo,
Levanto la vista al frente y lo veo.
Aprieto los músculos de las nalgas con un gesto de fortaleza en la faz de mi rostro.
Ahora arrojo la vista hacia abajo y veo ese ladrillo de excrementos,
Eso es al menos lo que yo veo.
Respiro profundamente,
Y tras horas de esfuerzo mental y físico
(el mental que requiere el acto en sí,
Y el físico que requiere su posición)
Se me llena el cuerpo de nuevas sensaciones,
De que esta vez sí,
De que en esta ocasión alcanzaré el nirvana,
O su sensación intrínseca.
Así es como me preparo para la ocasión,
Para hacer lo que unos llaman examen,
Y que yo por aquello de quitarle peso,
Y por rememorar otros tiempos más suaves,
Me tomo el capricho de llamarle control.
Todo el mundo sabe que en la infancia
el control era más fácil que el examen,
y yo que hoy me he levantado viendo dibujos,
he desayunado leche con cacao,
y llevo toda la mañana elaborando pensamientos abstractos,
puedo llamarlo hoy “control” y quitarle gravedad,
y peso, a todo este pilón de datos y silogismos.
Y afrontar el problema con la levedad necesaria
Y con la inocencia aconsejable.
Para estudiar con la alegría de un niño,
Y la mente preparada de un hombre dispuesto.

martes, 10 de agosto de 2010

Golpe a golpe... verso a verso....



Al fin y al cabo, lo que veíamos desde lejos
Es lo que al final merece la pena.
El camino, los pasos, su cansancio.
La gente, las sonrisas y conocerlas.
La reflexión, la crítica, el crecer del espíritu.
Dejemos a un lado lo que, paradójicamente,
nos hizo sentirnos a un lado de todo a lo que pertenecemos.
Dejemos atrás, en el camino todas las insensateces, y las inconsecuencias.
Como si no fuesen más que una mísera piedra que nos hace tropezar en el camino,
No la demos más importancia que la de algo de actitud pétrea
y puesto en el peor lugar en el camino.
No pensemos en las masas enardecidas por algo que ni si quiera ellos se han parado a pensar,
No pensemos en que se exaltan con los gritos del gentío,
Sin pensar bien en lo que se está produciendo,
Ni si lo que hacen es realmente lo que quiso Él,
El origen de todo.
No pensemos, en fín, si todo esto ha sido otro error más en la historia del hombre,
Otro fruto prohibido,
Otro saco de poder, avaricia y repelente de moral.
No obstante, pensemos. Eso sí.
Pensemos.
Eso es lo que nos hará libres
y nos dejará encontrar lo verdadero de lo que nos exponen
Y la falsedad de cuanto nos arrojan.
Pensemos para ser quien debamos ser y disfrutar de los que como nosotros,
Saben encontrar el camino por sus propios pasos,
Acompañados de su gente,
Y compartiendo sus inquietudes.
Ese era el mensaje Original, con el que me gusta quedarme,
Y este es el mensaje particular con el que me quedo.
fdo: mi pto de vista