jueves, 11 de noviembre de 2010

Empezar es terminar por el principio



Empezar por el principio es algo tan usual que carece de sentido cuando se trata de imaginar.
EL principio en estos casos debería ser algo tímido que se reserva para el final del primer día.
Cuando la verdad es parte de la mentira que nos disponemos a contar,
El mundo gira alrededor de una bola extraña,
Sin vida para algunos.
Con Entusiasmo y frenesí para aquellos que saben apreciarla.
EL mundo es una bola de tierra mojada, que gira alrededor de una hoguera inmensa que nos da la opción de vivir, o de seguir muriendo en cada fragmento temporal, ya sean segundos minutos o ratos de duración indeterminada.
EL mundo interior es en cada uno una bola, en el sentido de que no existe, es algo fantástico y fantasmagórico.
Se aprovecha de que tenemos un ego lo suficientemente desarrollado como para creernos creadores de un mundo aparte, propio e inalcanzable por cualquier otro espécimen de la tierra que no sea yo.
Se desaprovecha la opción de tildar la inmensidad del océano de nuestro mundo interior, de falacia, de peregrina del vacío existencial que da la vida, de lo más significativo del perdón.
Es por eso por lo que no es fácil perdonarnos a nosotros mismos, y por lo que el océano nos resulta tan inabarcablemente inmenso.
El ser humano es débil cuando se trata de amenazas propias, y hábil cuando se trata de amenazar al prójimo.
Quizá por eso la vida y el respeto hacia tus hermanos humanos sean párte de una misma cuerda, que une la vida, y el hecho de vivir sin remordimientos.

1 comentario:

Golfoooo dijo...

riscaaaa aunque no me respondas al tuenti