
Por no salir se quedó encerrado.
Sin agua ni calor.
Con su soledad dando vueltas,
Cabeceando a la pared.
Inmundo, y con su día dormitando.
“Nunca es tarde para llegar pronto”
Una voz enrarecida le escuchaba en la cercanía del olor
A jazmín, a yesca y a esperanza,
A picor escabechado con penurias de dolor,
A dolor franqueado con mentiras en la balanza.
“En este mismo instante ya no existe el ahora”
Sólo vamos más allá de cada segundo,
En coloquios de relojes que se ahogan
Y se quiebran cuando miran hacia el mundo,
Y ven tan sólo mundo, y almas sin aliento.
“la verdad dicha por el hombre es una duda”
Cada palabra es vacío rellenado,
Es lo cierto entre escépticos que miran a su paso,
Y van dejando parsimonia en lo viajado,
Y van pasando vidas a su lado
Con la única intención de no ser nada
Y continuar sin rumbo abierto
Y tender la ropa un día y verse a uno dentro
De la cotidianidad de lo ya atrapado
Y de la mezquindad de aquello
que todavía ignoramos.