miércoles, 8 de marzo de 2017

La línea en el cielo



El sol bajando, tiñendo de ocre el Skyline
las nubes cubren, pero no tapan;
oscurecen los más alto, pero alumbran;
se degradan los cálidos hacia los gélidos;
la oscuridad alrededor no hace sino poner el foco ahí delante,
donde los pétreos edificios
que la mano del hombre jamás logrará simular
se postran frente a ti y frente a todo lo demás.
Solo la luz llega, el resto es vacío:
parece que te mire,
parece que te hable,
parece que te esté susurrando,
pero tus ojos, tus oídos, no perciben nada.
Sólo algo en tu interior lo percibe,
te abraza, te bloquea, te libera.
La luz te mancha y te limpia,
sus colores te acongojan y te envalentonan,
la oscuridad se vuelve cada vez más grande,
por esa luz que tienes en el horizonte.
Una luz que poco a poco se escapa, se esconde.
Mostrando una línea: esa línea en el cielo cada vez más difusa,
es una línea eterna
con un envoltorio efímero,
singular, único.
Mañana será otro,
pero hoy es éste.

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