jueves, 26 de noviembre de 2009

El solilunio celeste

A lo mejor abro los ojos

Y veo un sol desnudo, entre cristales tintados.

O quizá los dejo a prisión de cerrojo,

Y no compruebo si hay sol, o colores pintados.


La luz reflejada es visible,

Como las palabras,

Que se entremezclan con las sombras

Y forman un diálogo de visibles racimos.


Racimos de varios tipos de expresión almacenada,

Que se vuelven más dulces, con el tiempo,

Y que con el tiempo, se pasan.


A lo mejor abro los ojos

Por no verte a cada instante en esta mente.

O quizá los dejo, a prisión de cerrojo,

Y no compruebo que has salido hoy,

Pintada de ocres colores extraños.


Manifestando una despilfarrada devoción por la belleza,

Que te persigue en el camino de la auto-mirada,

Y que se entremezcla con tu entrada a los cielos.



1 comentario:

Unknown dijo...

...es que te pones fino! ¡del revés!