miércoles, 15 de abril de 2009

La delgada linea que separa todo

Mi calzado siempre fue una total monotonía en el tiempo, y sin embargo, a veces pienso que piso con otro calzado.

Mi casa es vieja... de madera, carcomida por el paso de los años... como mi vida!
Llevo años vivendo solo en este cuchitril, sin mucho que hacer, excepto preocuparme de mi pequeño huerto e ir a comparar a la ciudad una vez a la semana... No es una ciudad muy grande, pero tiene lo necesario para servirme de provisiones...
Su gente no es muy amable conmigo... me venden sus cosas, pero yo se que piensan que se las estan vendiendo a un loco... al loco del pueblo.
No entienden que no necesito más.

Ayer me crucé con un coche mientras caminaba hacia el pueblo…
Me gritaron algo, no es que lo oyera, es que le vi gritarme con una cara bastante ofensiva...
supongo que me insulto, o algo parecido...
pero la verdad es que no me importó.
Yo no se quienes son ellos, al igual que ellos no saben quien soy yo.

Hubo una época en la que tenía mucho dinero... digamos que se me daban bien los negocios. Pero llega un momento en que comprarse una casa en el campo retirada del mundo no se ve como una mala idea.

Hace tiempo que me encuentro solo aquí.
Quizá esté rodeado de gente,
El caso es que ni yo les veo a ellos ni ellos me ven a mi.
Soy demasiado extrovertido en mi mundo interior.
Por eso mi mundo exterior me resulta tan poco atractivo.
De hecho, a veces me da la impresión, de que me da igual la opinión del resto.
Y que, la opinión que tendrán de mí,
Será tan sumamente absurda,
Que me resultará completamente indiferente.
Ayer mismo, iba con el coche a toda pastilla.
No iba a ningun sitio, simplemente me apetecía correr.
En esto que ví al viejo loco del pueblo por el arcén.
Impulsivamente le grité: “Loco! Lárgate!”
Lo siguiente que recuerdo es que me desperté en un hospital.
Me dijeron que perdí el control del coche y me estampé contra la casa del viejo.

En realidad… no me importa. Total… no era más que una era más que una antigua casa mugrienta sin muy buen aspecto.
Lo que me preocupa más es aquel pobre chico… Siento enormemente que mi sordera me impidiera oir el accidente… No sé como se encontrará ahora…supongo que espero que bien…

La gente me pregunta porqué vivo en una casa derruida.
Simplemente no tengo dinero.
Ni las fuerzas suficientes para arreglarla.
Supongo que es una suerte que cayera solo una mitad de la casa.
Al menos, tengo cobijo.
Cada vez me arrepiento más de aquel dia.
De mis acciones el dia del acciedente.
Cómo iba yo a imaginar que el maldito loco quemaría mi casa.
No quedó ni una sola viga.
Y el muy imbécil se quedó dentro a ver como ardía todo.
Siempre se dijo que no estaba bien de la cabeza.
Aunque la verdad, tambien lo dicen de mi, ahora que vivo en su casa.
Es muy fácil decir que vivir en la casa derruida del difunto loco del pueblo no es la mejor solución.
Pero cuando solo hay una solución… la mejor solucion… es la de resignarse con lo que hay… supongo…